Se les ve en la mirada. Tienen los ojos bien abiertos, sin lágrimas, y te miran. Prestan atención. Eso, explica David Jiménez Barbero, es un parámetro sanitario. Luego están el lustre del pelo, ese grácil contoneo, la actitud tirando a soberbia. Acaso ignorantes de su destino, se diría que los bovinos de La Finca, una innovadora explotación ganadera en la sierra oeste de Madrid, viven felices. Leer más.

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